Hace ocho meses, en noviembre, un estudiante de medicina de 26 años fue asesinado a tiros en una cafetería de Marrakech. La policía detuvo a seis sospechosos. Los investigadores apuntaron a un posible ajuste de cuentas entre mafias por un asunto relacionado con el tráfico de drogas a escala internacional. La Guardia Civil detuvo el martes pasado a un holandés en Calvià por su presunta conexión con este crimen.
El hombre, de 33 años, acababa de llegar a Mallorca de vacaciones con un grupo de amigos. El jueves pasó a disposición judicial y se desmarcó de los hechos, pero el juez ordenó su ingreso en prisión. Había en curso una orden de detención internacional. Está acusado de pertenencia a grupo criminal, tentativa de asesinato, asesinato y cómplice.
Los investigadores sostienen que el holandés y otro individuo que también ha sido identificado pagaron el alojamiento a los autores del asesinato del joven estudiante de medicina. Eran dos sicarios. El crimen se produjo la noche del 2 de noviembre de 2017. Dos hombres encapuchados que iban en una moto Yamaha T-Max irrumpieron en la cafetería La Créme del lujoso barrio de Hivernage. Uno de ellos entró en el local y mató al joven disparándole en la cabeza con una pistola de 9 mm. Se equivocó. El objetivo era el propietario del establecimiento.
Los atacantes se dieron a la fuga. La moto y el arma fueron encontradas calcinadas en un terreno cercano al aeropuerto de Marrakech. La policía detuvo a los asesinos, de 24 y 29 años de edad, poco después en Casablanca.