Los submarinistas de los GEAS (Grupo Especial de Actividades Subacuáticas) de la Guardia Civil descubrieron este viernes al mediodía el cuerpo sin vida bajo el agua de Kevin Mauricio, el joven colombiano de 22 años que desapareció el miércoles cuando nadaba con unos amigos en la playa palmesana de Can Pere Antoni.
Durante toda la mañana, como ya ocurrió el jueves, los submarinistas peinaron la playa, apoyados por embarcaciones del Servicio Marítimo y de Salvamento Marítimo. Cuando los buzos se acercaron al espigón, descubrieron un bulto y después confirmaron que se trataba del cadáver de un joven.
Los guardias civiles recuperaron el cuerpo sin vida y ya desde el primer momento todo apuntaba a que se trataba del joven colombiano del que no se tenían noticias desde el miércoles a las 19.00 horas, cuando se ahogó en el mar. Una lancha neumática trasladó al fallecido hasta el Club Náutico del Portixol, donde esperaba los especialistas del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional, que se han hecho cargo de la investigación para aclarar las causas de la muerte.
Una comisión judicial se desplazó también al club, para examinar el cuerpo. Según los primeros indicios, todo apunta a que se ahogó tras sentirse indispuesto dentro del agua, aunque será la autopsia la que confirme este extremo. La Policía Nacional tomó declaración a los amigos de Kevin que estuvieron con él ese miércoles por la tarde, cuando desapareció en Can Pere Antoni.
Los Geas de la Guardia Civil iniciaron el pasado miércoles la búsqueda del joven. El jueves se continuó con un Equipo Geas compuesto por 6 guardias civiles, utilizando diferentes sistemas de búsqueda. Este viernes se ha retomado nuevamente la búsqueda a primera hora de la mañana, utilizando varias técnicas para el rastreo de una amplia zona del fondo.
Fuentes de la Guardia Civil informan que cuando se aplicaba la técnica de búsqueda de campo de trabajo por filieres, dividiendo el fondo en diferentes calles, ha sido localizado el cuerpo a una profundidad de 2?5 metros.
Señalan que durante los tres días de busqueda la visibilidad ha sido nula, por lo que se ha tenido que ir palpando a mano el fondo hasta la localización del cuerpo.