Hacía días que los vecinos echaban en falta a Emilio. Ante la falta de noticias se pusieron en contacto con la Policía Local de Palma, que encontró su cuerpo en descomposición en una furgoneta aparcada en Cala Major. Precisamente los vecinos le habían comprado este vehículo hace dos años para que pudiera refugiarse y pernoctar en él. El hombre, de 62 años y con problemas de alcoholismo, llevaba una semana desaparecido y fue encontrado sin vida por los agentes.
El forense se desplazó hasta el lugar, donde la Policía Nacional se hizo cargo de la investigación, aunque, tras las primeras pesquisas, no se detectaron signos de que pudiera tratarse de una muerte violenta.
Será la autopsia la que determine la causa del fallecimiento de Emilio, que era una persona que tenía el cariño de los vecinos tal como demuestra que se hubieran preocupado por él y hubieran adquirido el vehículo, que estaba estacionado en el Camí de Cala Major.