La Guardia Civil celebró este jueves el 174 aniversario de su fundación en un acto solemne en la Comandancia de Palma que contó con una amplia representación institucional entre el medio millar de asistentes y en el que se entregaron las condecoraciones a los agentes y personal civil.
El coronel Jaume Barceló, que presidió el acto junto a la delegada de Gobierno María Salom, defendió la histórica vocación de servicio de la Benemérita y el empeño del cuerpo por «evitar la confrontación» en momentos en los que «hacemos caso omiso y aguantamos estoicamente los insultos».
Tras el himno nacional y la lectura de un extracto del documento fundacional de la Guardia Civil, el coronel Jaume Barceló, María Salom, el comandante general de Balears, Juan Cifuentes; la consellera Catalina Cladera, el fiscal general del Estado en las Islas, Bartomeu Barceló, y el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Balears, Antoni Terrasa, entregaron las condecoraciones en su modalidad de Cruz de Plata, Cruz con Distintivo Blanco y los diplomas a los guardias civiles que pasan a la reserva o se retiran.
Barceló reflejó que la Guardia Civil sigue fiel a sus valores fundacionales siempre adaptándose a los nuevos tiempos y está «al servicio del orden al margen de colores políticos» sin seguir «doctrinas trasnochadas o rancias». «No hay estado de bienestar sin ley. Contribuimos a restaurar la convivencia rota por la sinrazón. Acatamos las órdenes, pero somos personas. No queremos la confrontación», subrayó el coronel, que felicitó a los distinguidos y tuvo un recuerdo a los compañeros fallecidos, entre ellos, al que fuera colaborador de este diario, Teodoro Toro.
Entre el personal civil distinguido junto a Carmen Carmona, hacia la que Barceló tuvo palabras cariñosas, el ingeniero eléctrico Jaime Ribot, resaltó la trayectoria del cuerpo y recordó a las víctimas de ETA y sus familias. Se unió a este recuerdo María Salom, que también destacó que la Guardia Civil es «un ejemplo de lealtad institucional y respeto a la legalidad». «Cumplir la ley no es una opción, es una obligación», prosiguió apuntando a un momento en el que España vive «un ataque independentista sin paragón».