Juan Antonio Untoria, abogado del supuesto líder huido de la mafia rusa Tambvoskaya, Gennadios V. Petrov, ha asegurado que nunca participó en «ninguna operación sospechosa» porque todo se declaró correctamente a Hacienda y nunca hubo «problemas de blanqueo».
Durante su declaración como acusado en el juicio que celebra la Audiencia Nacional, Untoria ha dicho que nunca comunicó a las autoridades la existencia de operaciones financieras sospechosas porque «las únicas operaciones que se hicieron eran inmobiliarias» y todas fueron legales.
Ha explicado que conoció a Petrov por mediación de un jefe de la contra-inteligencia rusa, amigo suyo, que le pidió que fuese su abogado porque era un «gran empresario» que controlaba «el 30 % del puerto de San Petersburgo» y que informase de sus movimientos y de las visitas que recibía de otros compatriotas, una labor por la que llegó a cobrar 3.900 euros.
A preguntas del fiscal sobre una operativa en la que se vio presuntamente implicado el exministro ruso Leonid Reiman -también socio de Petrov-, Untoria ha relatado que ayudó a reunir 6 millones de euros procedente de diferentes países para comprar un solar que posteriormente se vendió a Reiman, pero que todo fue acorde a la ley.
En relación con otra operación por la que envió 5 millones de dólares a Rusia, Untoria ha explicado que participó como intermediario entre una sociedad panameña y otra rusa para la construcción de un complejo de viviendas en Moscú. Una operación por la que, según la Fiscalía, obtuvo una comisión de 300.000 dólares.
Sin embargo, el ministerio público cree que en realidad Untoria fue quien diseñó el entramado societario de Petrov y que facilitó la entrada de dinero de paraísos fiscales a España con destino a Rusia hasta tal punto que hay constancia de entrada de divisas por un valor superior a los 16 millones de euros procedentes de países como las Islas Vírgenes o Panamá, entre otros.
También ha declarado hoy la jefa de las secretarias de Petrov, Svetlana Vassiljeva, quien, según la Fiscalía, estaba «perfectamente integrada» en la organización criminal.
Vassiljeva ha asegurado que el presunto líder de la mafia era «una persona muy meticulosa», que no le constaba que realizase ninguna actividad delictiva y que les obligaba a consultar cualquier movimiento con los asesores y abogados.
Ha relatado que ella únicamente se dedicaba a mantener en regla las facturas de la casa de Petrov y de gente de su órbita -por lo que llegó a cobrar hasta 4.500 euros al mes- y ha negado haber tenido participación en ninguna de sus sociedades, pese a que la Fiscalía sostiene que fue apoderada de varias.
Ha explicado que, a raíz de la operación policial contra la mafia desarrollada en 2006, cundió el pánico, «era una cosa fuera de lo normal», en la que «el teléfono estaba rojo» de la cantidad de llamadas que recibía de implicados que se interesaban por su situación.
Uno de ellos, ha dicho, fue el también acusado Vladislav M. Reznik, expresidente de la Comisión Parlamentaria de Instituciones de Crédito y Mercados Financieros de la Duma rusa, que le llamó «varias veces» para ver si podía recibir una copia del sumario.