Los profesionales que trabajan en el ámbito de los sucesos también son personas. Una médico forense dejó constancia de ello al emocionarse y tener que detener su testifical en el juicio por el secuestro, violación y asesinato de Cherish Perrywinkle, una niña de tan solo 8 años en Florida.
La doctora Valerie Rao fue la encargada de realizar la autopsia al cuerpo de la pequeña y fue llamada por el tribunal que juzga a Donald Smith, de 61 años, por una causa que podría acabar con él en el corredor de la muerte.
Durante la vista se mostraron al tribunal imágenes tomadas durante la autopsia, para apoyar el testimonio de la facultativa, a quien en un momento dado se le saltaron las lágrimas y pidió hacer un receso antes de continuar declarando, según informaron medios como la CBS.
Smith asistió al testimonio de espaldas y su defensa pidió que se anulara la desclaración de la forense por la pausa, algo que el juez no admitió.
Según el relato del fiscal el acusado supuestamente atrajo a la familia de Cherish con el pretexto de ofrecerles comida y ropa y acabó llevándose a la niña.
El pasado lunes abrió la ronda de testigos la madre de la niña, quien en una amarga declaración afirmó que pensó que Smith era un buen samaritano que solo quería ayudarles. Entre las pruebas el jurado escuchó la llamada de la madre al teléfono de emergencias al percatarse de que su hija había desaparecido.