María Luisa ya no podía más. Con 83 años no se sentía con fuerzas para seguir cuidando a su hijo, de 64 años, ciego, sordo y mudo, con minusvalía mental y una evidente falta de movilidad, por lo que quiso acabar con la vida de ambos para que ni uno ni otro supusieran una carga para nadie.
Hace más de dos años que ocurrió y María Luisa, que sobrevivió al brebaje que había preparado para los dos a base de pastillas, tendrá que revivir esos momentos el próximo viernes ante un jurado popular que la escuchará en el juicio que contra ella se celebrará en la Audiencia Provincial de Madrid.
Asesorada por su abogada, esta anciana ha eludido hablar con la prensa antes de la vista oral, en la que, en principio, el fiscal pedirá seis años de prisión y otros tantos de internamiento psiquiátrico.
Poner fin a su sufrimiento
Fue a finales de noviembre de 2015 cuando María Luisa, residente en la localidad madrileña de Torres de la Alameda y con otro hijo entonces de 59 años y también con una discapacidad física parcial, decidió poner fin a su sufrimiento y al de su hijo.
Para ello, fue acumulando durante días hasta 16 paquetes de varios medicamentos, desde Ibuprofeno hasta Tramadol o Urbason, que trituró juntos en una batidora.
«Con sus facultades volitivas y cognitivas gravemente afectadas, debido al empeoramiento de su estado de salud a consecuencia de su avanzada edad», como reconoce el Ministerio Público en sus conclusiones provisionales, la anciana tomó esa fatal decisión.
Porque, además, ya no tenía la fortaleza física que le había permitido dedicarse durante décadas a los constantes cuidados que su hijo requería.Tampoco quería que sus otros hijos asumieran esa carga cuando ella falleciera.
Y por todo ello, vertió el triturado de las pastillas en sendos vasos de cristal. Primero bebió su hijo el suyo. Luego, ella.
Se tumbaron en las camas del dormitorio y así los encontró, inconscientes por intoxicación, una hija de la anciana.
Ambos fueron evacuados por los servicios de emergencia al hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares. El hijo murió al día siguiente como consecuencia de la hemorragia cerebral que el causó al ingesta de los medicamentos. María Luisa sobrevivió.
La Fiscalía acusa a la anciana de un delito de asesinato con alevosía más el agravante de parentesco, aunque le aplica la eximente incompleta de alteración psíquica y no pide responsabilidad civil al haber renunciado a ella expresamente los perjudicados. A seis años de prisión y otros tantos de internamiento en centro medico para su tratamiento psiquiátrico -medida de seguridad ésta que sería anterior al cumplimiento de la pena de cárcel- es a lo que se enfrentará María Luisa dentro de una semana.