La primera víctima mortal de violencia machista de 2018, una mujer de 46 años asesinada el viernes por la noche por su expareja en Los Realejos (Tenerife), había denunciado a su presunto agresor por malos tratos el pasado 8 de enero, once días antes de su muerte.
La denuncia fue archivada tras ser catalogada de «riesgo bajo» ya que constaban sólo agresiones verbales y no físicas, explicó el subdelegado del Gobierno en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, Guillermo Díaz Guerra. El pasado miércoles, la Policía Nacional se puso en contacto con la víctima, Jennifer H.S., de 46 años y de nacionalidad venezolana, para preguntar por su situación y si se habían repetido las agresiones, a lo que la mujer manifestó que estaba «tranquila».
«La Policía Nacional le recomendó adoptar medidas de autoprotección como no convivir en el mismo domicilio, cesar definitivamente la relación y acudir a los servicios sociales del ayuntamiento para que le dieran pautas de comportamiento y las recomendaciones correspondientes», precisó Díaz Guerra.
La víctima y su agresor habían sido pareja durante diez años, aunque al parecer habían roto la relación.
Anteanoche, la policía encontró el cadáver de la mujer, que presentaba heridas de arma blanca, después de que los vecinos alertaran de una fuerte discusión en la casa.
Según el relato policial, tras mantener la discusión, el hombre abandonó el domicilio con una menor de 9 años -nieta de la víctima y a la que él había reconocido como hija- que se encontraba en la casa en el momento del crimen y la llevó a casa de un conocido en el Puerto de la Cruz, donde ha sido localizada en buen estado.
Huida
Tras esta parada continuó su huida por la autopista del norte de Tenerife, donde la Guardia Civil inició una persecución para darle el alto y entonces el hombre, en una maniobra de evasión, colisionó contra otro vehículo -cuyos ocupantes resultaron heridos pero se encuentran fuera de peligro- y dio varias vueltas de campana.
El hombre, de 68 años y originario de Tenerife, está ingresado bajo custodia policial y en estado muy grave.