Víctor Romero y Víctor Jesús Caballero, los dos guardias civiles asesinados a tiros en la tarde del pasado jueves en una masía en Andorra (Teruel), junto al vecino de esta localidad José Luis Iranzo, han recibido este sábado una despedida multitudinaria en la excolegiata de Santa María de Alcañiz. El autor de los hechos, el exmilitar serbio Norbert Feher, fue detenido en la madrugada del viernes en Cantavieja, en la zona del Maestrazgo.
Romero nació en Calanda (Teruel) en 1987, ingresó en el cuerpo en 2006 y estaba destinado en Alcañiz desde 2013, mientras que Caballero nació en Cádiz en 1979, entró en el cuerpo en 2004 desde su anterior puesto en el Ejército, y trabajaba en Alcañiz desde 2015. Ambos pertenecían al Equipo Roca que se encarga combatir los robos en áreas rurales.
Sus féretros han entrado en el templo, conducidos a hombros de compañeros suyos, en medio de una gran emoción y consternación. La excolegiata ha quedado pequeña para acoger a todas las personas que han querido dar un último homenaje a los agentes.
La capilla ardiente, instalada desde últimas horas de la tarde de este viernes en el Consistorio alcañizano ha estado abierta hasta la madrugada.
Los dos guardias civiles participaban en el dispositivo activado el pasado día 5 de diciembre para localizar al autor de un robo y de los disparos que había herido a dos personas en el municipio de Albalate del Arzobispo.
En la tarde del pasado jueves, fueron sorprendidos, junto a José Luis Iranzo, por los disparos de un individuo que se dio posteriormente a la fuga.
Asimismo, el funeral por José Luis Iranzo se oficiará la tarde del sábado en su localidad, Andorra.