La sección segunda de la Audiencia Provincial de Alicante ha condenado a 22 años y ocho meses de prisión a un guardia civil destinado en Villajoyosa, acusado de colarse en varias ocasiones en la vivienda de una compañera del cuerpo e intentar envenenarla a ella y a su familia vertiendo «sustancias tóxicas» en la comida.
La Audiencia ha dictado sentencia tras el juicio, que se celebró principios de noviembre, en la que condena al acusado a siete años y medio de prisión por dos delitos de intento de asesinato; a diez años por intento de asesinato contra menor de 16 años; a un año y tres meses por allanamiento de morada; y a tres años y tres meses por un delito contra la intimidad; y le absuelve del delito de acoso.
Así, según recoge la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, el procesado accedió al domicilio en el que residía la víctima, que también era guardia civil bajo el mando del acusado en el acuartelamiento de Villajoyosa, «mediante el empleo de una copia de las llaves de la misma, guardada por motivos de seguridad en el cuartel de la Guardia Civil».
Según indica el escrito, el procesado «con la intención de acabar con la vida» de su compañera, la pareja de ella y su hijo de tres años, «vertió un líquido sobre la comida» que la víctima «había dejado preparada para la familia, concretamente sobre un arroz cocido», líquido que tras un análisis pericial resultó ser el compuesto Clorpirifos, insecticida de la familia de los organofosforados, un insecticida «moderadamente peligroso» que fue hallado posteriormente en posesión del procesado, según especifica la sentencia.
Además, el tribunal considera probado que el procesado accedió a la vivienda en «numerosas ocasiones» sin que los moradores lo «consintieran», y que en esos allanamientos «añadió sustancias tóxicas a las comidas, que desprendían olores fuertes y sabor desagradable, siendo el mismo olor que desprendía el líquido de una de las botellas intervenidas al procesado durante la entrada y registro, que pericialmente analizada resultó contener brodifacoum», un raticida, tal y como puntualiza el tribunal.
De este modo, las víctimas, al observar que la comida «siguió estando mala» y sin que encontraran la causa, colocaron una cámara de vídeo, que el 3 de junio de 2016 captó al acusado cuando «entraba a la vivienda y arrojaba en el interior de una olla con arroz cocido el contenido de una botella que llevaba consigo», por lo que «no probaron esa comida y denunciaron los hechos», según el relato recogido en la resolución judicial.
REGISTRO
Además, en la sentencia se especifica que durante el registro de la vivienda del procesado se encontró un pendrive que contenía un texto escrito por él en el que aludía a tener «valor para hacerlo», que una cosa «es pensarlo y otra atreverse a hacerlo» y en el que confesaba estar «en un constante sin vivir por su culpa, mientras tanto, ella parece ser inmensamente feliz».
En ese texto también aseguraba estar buscando «el valor» para «ejecutarlo» y reconocía que no ha «estado parado», que lo ha «intentado en otras ocasiones, de forma diferente y sin medir bien el daño que pueda causar», e indica que no le ha «salido bien, pero un día de estos, o bien me sale bien o por el contrario me pillan. Si esto último pasa, no se que haría», según se recoge en el dictamen del tribunal.
En el registro también se hallaron objetos personales propiedad de la víctima, y objetos y fotografías de índole sexual propiedad de la víctima sustraídas por el sospechoso en los allanamientos.