El titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Teruel ha condenado a un hombre a 22 jornadas de trabajos en beneficio a la comunidad por realizar en menos de un mes 206 llamadas para que su expareja volviera con él.
Así, según se recoge en la sentencia, el juez considera probado que Javier P.G. realizó desde primeros de noviembre de este año a su expareja un total de «206 llamadas», 179 a su teléfono móvil y 27 a su domicilio familiar, «generándole un profundo malestar, desasosiego e intranquilidad que terminó afectando a su estado anímico».
El contenido de esas comunicaciones, asegura el texto legal, incluía frases para coaccionar a la mujer, con expresiones como «que o le daba una explicación o se la iba a liar gordísima» o que, «si no le hablaba, iba a flipar».
El sábado 25 de noviembre, recoge el texto, el ahora condenado estuvo esperando a la joven en un parque y, cuando la encontró, le exigió «que le diera dos besos y volver a reanudar la relación sentimental».
Además, el hombre no la dejaba ir y obstaculizaba su paso ante lo que la mujer «tuvo que entrar a guarecerse» en un bar cercano.
Este último incidente, continúa el texto, es el que motivó que la mujer pusiera los hechos en conocimiento de la justicia.
El juez ha condenado al hombre por un delito de violencia de género en la modalidad de coacciones y le impone también el pago de las costas, además de la prohibición de aproximarse a una distancia inferior a 200 metros de la mujer y de comunicarse con ella por cualquier medio.