Los Mossos d'Esquadra han detenido a un farmacéutico y a su hermano acusados de estafar casi 600.000 euros al Servicio Catalán de la Salud (CatSalut) manipulando las recetas para cambiar los medicamentos prescritos por otros más caros, modificando la cantidad prescrita o suministrando a geriátricos fármacos ya caducados.
Según ha informado la policía autonómica, los dos detenidos, españoles, de 43 y 34 años, actuaban a través de una farmacia de Reus (Tarragona), que ha sido precintada por el Departamento de Salud de la Generalitat, y de un local clandestino de Esplugues de Llobregat (Barcelona), donde falsificaban las recetas y distribuían los medicamentos, algunos caducados, a varias residencias geriátricas.
Los dos acusados, que habrían defraudado 564.000 euros en tan sólo un año al CatSalut, manipulaban en la mayoría de los casos las recetas falsificando la firma del médico que las había prescrito.
La investigación se inició a mediados de octubre cuando el Departamento de Salud detectó el posible fraude y lo denunció a los Mossos.
Los investigadores constataron que desde septiembre de 2016 una farmacia de Reus falsificaba recetas médicas oficiales que un médico preparaba para pacientes de una residencia geriátrica.
Según los Mossos, para poder materializar la estafa, el farmacéutico contaba con el apoyo de un local clandestino ubicado en Esplugues de Llobregat, donde trabajaba conjuntamente con su hermano y donde falsificaban las recetas y preparaban los medicamentos en blísters individualizados para los ancianos de varias residencias.
Esto les permitía controlar todo el proceso de la receta, desde su emisión hasta la entrega de los medicamentos y modificar tanto la cantidad como la calidad de las pastillas suministradas, lo que les permitía obtener su margen de beneficio económico.
Según la policía, al tratarse de un establecimiento no autorizado no se había inspeccionado nunca las condiciones con que se trabajaba en el interior.
Ante el riesgo elevado que la situación podía comportar para la salud de las personas, los investigadores pusieron en marcha un dispositivo policial el pasado martes, 14 de noviembre, y de forma coordinada con el Departamento de Salud y autorizado por un juez registraron la farmacia, el domicilio del farmacéutico y el local clandestino.
Durante los registros, los agentes intervinieron 3.700 recetas del CatSalut, entre falsificadas y susceptibles de ser falsificadas, y miles de cupones precinto o códigos de barras de medicamentos que podrían ser usados para facturar las recetas falsificadas.
También intervinieron medicamentos y soportes informáticos así como 2.100 euros en efectivo.
En la local donde se preparaban los blísters, según la policía, en deficientes condiciones higiénico-sanitarias, también intervinieron más de 700 cajas de medicamentos caducados que estaban mezcladas con los no caducados, por lo que también investigan a los dos detenidos por la presunta comisión de un delito contra la salud pública.
Los detenidos fueron puestos a disposición judicial y están en libertad condicional con cargos.