«¿Tiene algo que manifestar?», pregunta la presidenta del tribunal. «Sí, que me arrepiento de ello», responde el acusado de abusar de la hija de su pareja, de nueve años de edad. El hombre reconoció este miércoles los hechos en la Audiencia de Palma. Aceptó dos años de cárcel por un delito continuado de abuso sexual. No podrá comunicarse ni acercarse a la víctima a menos de 500 metros durante 10 años.
El procesado indemnizará a la menor con 12.000 euros por los daños morales. No ingresará en prisión. La pena quedó suspendida por un plazo de cinco años con la condición de que el acusado abone la indemnización.
El hombre, español de 38 años, era pareja sentimental de la madre de la menor, que tenía entre nueve y diez años cuando ocurrieron los abusos. Compartía vivienda con ellas. A veces, según el escrito de la Fiscalía, se quedaba a solas con la niña. En repetidas ocasiones tocó la zona genital de la pequeña. El pretexto era darle masajes. Le daba besos con lengua en la boca y en la cara y rozaba su miembro viril por el cuerpo y boca de la menor. La víctima presenta un cuadro de tristeza y miedo a raíz de estos hechos. Ha estado sometida a tratamiento psicológico.
La Fiscalía reclamaba una condena inicial de seis años de cárcel por un delito continuado de abuso sexual. La representante del ministerio público, la abogada de la familia de la víctima, Dolores Puertas y el letrado del acusado, Gaspar Oliver, llegaron ayer a un acuerdo de conformidad.