«Desde que empezamos nuestra relación sentimental, en diciembre de 2012, calculo que me habrá agredido unas veinte ocasiones. Lo peor, es que llegó a hacerlo delante de nuestro hijo de corta edad. La última, sin ir más lejos, fue el 9 de octubre, cuando me dio dos guantazos y escapó». Un joven de 29 años, que ya ha ingresado en la cárcel de Palma, ha permanecido dos días en paradero desconocido después de que su expareja le denunciara por malos tratos.
En declaraciones a Ultima Hora, la víctima -de 37 años- recordó que los malos tratos comenzaron al poco tiempo de salir, «cuando me quedé embarazada». Sin embargo, por miedo, no lo denunció. «Ahora me arrepiento. Siempre hay que denunciar estas cosas, pero al principio estás tan hundida que no tienes ni fuerzas. A mí me registraba el teléfono móvil, no me dejaba usar las redes sociales y no quería que estuviera con nadie. Sólo con él», relata.
El pasado lunes 9 de octubre, cuando ella había roto la relación por los malos tratos continuos que sufría, se produjo el último episodio violento. F.M.J. debía cuidar de su hijo, que estaba enfermo, en la casa de sus padres. «Se presentó a las nueve de la mañana en mi casa y quiso entrar por la fuerza. Daba miedo, se notaba que no había dormido nada. Mi hijo me pidió que lo abriera y cuando lo hice vino a por mi y me golpeó, delante de él, diciendo que tenía escondido en la casa a un hombre. Mis gritos alertaron a los vecinos y salió corriendo. Llamé a la Guardia Civil para denunciarlo y después fui al médico, para que me hiciera un parte de las lesiones».
Su exnovio estuvo dos días oculto, pero contactó con ella a través de whatsApps: «Me pedía por favor que retirara la denuncia, para que no fuera a la cárcel. Siempre me decía que si le denunciaba me haría la vida imposible, pero esta vez decidí seguir adelante. Días después lo detuvieron e ingresó en prisión. Tenía pendiente 18 meses de cárcel por un tema de drogas», añadió.