Una amiga íntima de Marina Okarinska, Bárbara M., ha revelado durante el juicio contra Sergio Morate por doble asesinato que el acusado maltrataba físicamente a su exnovia, pero ésta nunca denunció este extremo por «cariño y respeto» a la madre del acusado.
Además, ha manifestado que la exnovia de Morate le había comentado en alguna ocasión que el acusado «le perseguía».
«La última vez que vino a mi casa me dijo que tenía miedo, que se sentía perseguida, que estaba asustada. Hasta cuando venía a mi casa después del trabajo, más de una vez, estando en la cocina, veíamos el coche de Sergio dando vueltas», ha manifestado.
«Muchas veces mi madre y yo le cogíamos del brazo y le decíamos que denunciara», ha dicho Bárbara, quien ha subrayado que la madre de Sergio era conocedora de esos malos tratos. «Sergio una vez intentó ahogarla con sus propias manos, y ella le pegó una patada en los testículos», ha dicho Bárbara, añadiendo que en alguna ocasión el acusado llegó a culpar a esa patada del cáncer que sufrió posteriormente.
Según ha dicho, incluso en alguna ocasión presentó moratones en la cara y en el cuerpo. Bárbara, que se ha derrumbado durante su intervención, ha desvelado igualmente que realizó una grabación de una conversación mantenida con Marina, en la que le contaba que tenía miedo. Tal y como ha señalado, grabó esa conversación porque tenia el presentimiento de que era «la última vez» que la iba a ver.
Esta grabación, que ha sido reproducida en el juicio, ha sido de los pocos momentos en los que Morate ha cambiado el gesto, que se ha mantenido frío durante todo el día.
«Liquidar» a Marina
En la conversación, según ha subrayado Bárbara, Marina le llega a confesar que en alguna ocasión Morate había insinuado que podría llegar a contratar a alguien para «liquidarla».
«Me contó que se tenía que ir a Ucrania por ciertas cosas. Quería escapar, quería huir», ha insistido, asegurando que Marina le relató cómo le perseguía y que le había sido infiel en reiteradas ocasiones.
A preguntas del abogado de la familia de Laura del Hoyo, ha corroborado que Marina temía por su vida, que se fue a Ucrania por miedo y por «solucionar unas cosas».
La madre de Laura
La madre de Laura del Hoyo, María C., he rememorado el día de los hechos, recordando que salió a andar y visitó a una amiga, y en torno a las 22.30 horas recibió una llamada de Sonia, la hermana de Laura.
«Mamá, mira qué horas son, Laura no me coge el móvil. Estoy preocupada», dijo Sonia, según el testimonio de la madre, tras lo que fueron a poner la correspondiente denuncia a comisaría.
Regresando a casa, según ha relatado, encontraron el coche de Laura aparcado en una céntrica calle, tras lo que llamaron a la Policía. Al abrir el coche encontraron todas las pertenencias de Laura, a excepción del teléfono móvil.
Ha pedido al finalizar su testimonio poder colocarse en frente de Morate. «Quiero que me vea la cara», ha dicho, pero el presidente del tribunal no lo ha permitido.
De su lado, una de las hermanas de Laura, que cada vez que hacía referencia al acusado le nombraba con nombre y apellidos y enfatizando mucho su pronunciación, ha recordado el momento en el que, una vez tuvieron constancia de que Laura y Marina habían desaparecido, acudieron a la casa de Morate, donde se encontraron con la madre del acusado. «Estaba muy nerviosa».
En esta sesión vespertina están llamados a declarar hasta 16 testigos, y ya han pasado por la sala de vistas los padres y hermanas de Laura del Hoyo. Además, el hermano de Sergio Morate, que ha comparecido por videoconferencia; la madre, María Jesús G.; y el padre, Agapito M., han rechazado contestar a las preguntas de los letrados.