Los padres de Lucía Vivar, la niña de 3 años hallada muerta en la vía del tren el pasado 28 de julio, horas después de su desaparición, han asegurado este jueves que el fallecimiento de su hija no fue accidental, ya que los forenses han detectado dos lesiones en su cabeza.
Los padres han ofrecido este jueves por primera vez una rueda de prensa en la que piden que se investigue este extremo, aportado por dos forenses de parte, y han insistido en que la muerte de su hija no fue accidental y en que se la llevaron o que hubo una negligencia.
«A nuestra hija nos la quitaron, ella no se fue por voluntad propia», ha lamentado el padre, Antonio Vivar, que ha argumentado que la pequeña nunca se hubiese separado de su madre, y ha subrayado que la versión oficial no se la creen ni los investigadores, ya «que hace aguas por todas partes».
La madre, Almudena Hidalgo, ha explicado que la pequeña presentaba dos lesiones, una más fuerte que otra, y ha dicho que si el golpe fue del tren sería una negligencia en la búsqueda o en permitir la salida de los trenes y si no podría ser un asesinato.
El informe lo han realizado los forenses Luis Frontela y Carlos Pérez Agua aunque para concluirlo necesitan una serie de documentación que aún no ha sido aportada al juzgado instructor, entre ella la hora exacta de la muerte.
Para los padres de Lucía Vivar esta es una prueba de que la Guardia Civil se equivoca al considerar que la niña recorrió sola más de cuatro kilómetros hasta el lugar donde fue hallado el cadáver junto a las vías del tren.
«Si antes lo teníamos claro en un 99 por ciento, ahora lo tenemos en 99,99 por ciento», ha dicho la madre, al tiempo que ha pedido que la investigación «no caiga en el olvido» ya que confían en la justicia y no pararán hasta saber la verdad.
El padre ha asegurado que han tenido prudencia y cautela para no entorpecer la investigación pero que desde el minuto uno sabían que le habían quitado a su hija, por lo que ha dicho: «Somos jóvenes para luchar, aunque nos cueste la vida».
La convocatoria de prensa la han realizado después de que ayer se reunieran con la juez que investiga el caso, el Juzgado de Instrucción número 10 de Málaga, y la magistrada les ha dicho que están todas las vías de investigación abiertas, por lo que se muestran esperanzados.
La abogada de la familia, Belén Ordóñez, ha explicado que si los dos golpes fuesen del tren podría haber una negligencia, pero si no es del convoy sería un asesinato.
Los abuelos también han participado en la rueda de prensa y han criticado que se les mintiera cuando se les dijo que no saldría ningún tren y han pedido colaboración y solidaridad en dos concentraciones que se han convocado para el viernes y el sábado en los municipios malagueños de Pizarra y Alhaurín el Grande.
La Guardia Civil emitió un informe en el que aseguraba que la niña se había marchado por su propio pie, que se perdió, anduvo unos cuatro kilómetros por la vía del tren y, cuando se cansó, se acurrucó junto a la vía, donde al parecer el paso de un tren le habría causado el golpe en la cabeza que se cree, según los investigadores, que acabó con su vida.