«Sabíamos que nos la jugábamos, porque teníamos que caminar por unas vigas a una gran altura, pero era la única forma de llegar hasta la chica que quería saltar al vacío sin que ella nos viera. Gracias a Dios, al final todo salió bien». El sargento Marcos López y el agente Jesús García salvaron la vida a una joven de 26 años que pretendía tirarse desde siete metros de altura. Este sábado, los dos guardias civiles relataron a Ultima Hora cómo sucedieron los hechos.
«Eran las siete menos veinte de la tarde y desde la emisora alertaron de que una chica quería suicidarse en unos apartamentos de Santa Ponça», explica el mando.
Al llegar, en efecto, una joven estaba fuera del balcón, sentada en un voladizo, mirando al suelo desde aquella altura con los pies colgando. La pareja se separó, sin que la mujer les viera, y cada uno por su lado empezaron a caminar sobre unas vigas de varios palmos de ancho, para llegar al voladizo donde estaba ella. «Nos miramos y la cogimos al unísono, desde atrás. Cada uno de un brazo. Hizo ademán de incorporarse para precipitarse, pero ya no tuvo tiempo porque la teníamos cogida», añade el sargento.
El peligro, sin embargo, no había pasado. Cabía la posibilidad de que se revolviera y los tres cayeran desde aquella altura: «Fueron momentos de gran tensión, lo pasamos mal, pero poco a poco fuimos volviendo con ella hacia el balcón, de nuevo pasando sobre esas vigas de la estructura. No lo olvidaremos en la vida». La víctima quedó ingresada en psiquiatría de Son Espases y los dos guardias civiles lo tienen claro: «Lo volveríamos a hacer porque es nuestro deber».