Agentes de la Policía Nacional han detenido en Palma a una pareja por inducirla a la prostitución, inducción al aborto, coacciones, extorsión y amenazas, haciéndola creer durante años que estaba sometida por una organización criminal de Europa del Este, y causándole un perjuicio económico que sobrepasa los 500.000 euros, a los que hay que añadirles la pérdida de una vivienda y la adicción a las drogas.
A través de los protocolos de colaboración de la Policía Nacional con distintas ONG que luchan contra la trata de seres humanos y la prostitución coactiva, los agentes tuvieron conocimiento de que una joven estaba siendo obligada a ejercer la prostitución en Asturias, tras un tiempo de vivir en la isla, motivo por el cual se coordinaron efectivos policiales de las dos localizaciones para llevar a cabo la investigación.
Según consta en la denuncia, todo empezó en 2009 cuando la víctima residía y trabajaba en Palma, donde conoció a una joven con la que entabló una gran amistad. Poco después se vio envuelta en un asunto de pequeñas estafas en las que ella nada tenía que ver, si bien comenzó a recibir amenazas vía 'Whatsapp' por parte de una persona que más tarde se identificaría como Vladimir, miembro de una organización criminal de Europa del Este, el cual le exigía pagos constantes para evitar ser encausada en estas estafas y en otros delitos.
Confió en su amiga y ésta, a través de la aplicación de mensajería instantánea, la puso en contacto con unos supuestos abogados que iban dándole indicaciones de que pagara, y que ellos se encargaban de solucionarlo todo. Las exigencias cada vez se hicieron mayores hasta el punto de compaginar dos trabajos para poder pagar las supuestas multas y chantajes, pensando que así evitaría males mayores.
La joven dejó sus trabajos y regresó a Asturias creyendo que sus extorsionadores se olvidarían de ella, pero la localizaron y aumentaron sus reclamaciones hasta el punto de destinar a ellas todos los ahorros de sus abuelos y de una tía, ascendiendo a más de 100.000 euros.
Perdió el piso que tenía hipotecado al no hacer frente a los pagos, y al no tener ya fuentes de ingreso, a primeros del 2013, bajo graves amenazas contra ella, su familia y su entorno, le exigieron prostituirse para conseguir el dinero, induciéndola a que consumiese droga para hacerle más llevadero el trabajo.
La joven había entrado en un círculo donde el miedo a las amenazas de las que era objeto y la constante supervisión y control que ejercían los dos detenidos sobre ella no le dejaban reaccionar. Por ejemplo, le exigían que les enviara fotos de cómo iba vestida para ir a trabajar.
Recibía órdenes constantemente con indicaciones de que tenía que prestarse a cualquier tipo de exigencias por parte de los clientes, a usar preservativo únicamente si así lo querían éstos y a consumir cocaína. Debía estar prostituyéndose doce horas diarias, llegando a acumular hasta cuatro meses seguidos sin descansar un sólo día. Incluso fue obligada a abortar tras quedarse embarazada, todo ello bajo una constante lluvia de amenazas, enviadas a través de 'Whatsapp' y bajo la creencia absoluta de ser remitidas por una banda criminal de personas del Este.
Tras las averiguaciones pertinentes descubrieron que tras la falsa banda criminal estaban su supuesta amiga y la ex pareja de ésta.