La Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Baleares ha dado la razón a un padre acusado de malos tratos por su expareja y ha ordenado que la hija que ambos tenían en común, que la madre se había llevado a España, vuelva a Hungría y sea escolarizada allí.
Los dos progenitores son ciudadanos húngaros que residían en Budapest, donde mantuvieron una relación durante unos diez años. Tras una crisis de pareja, la mujer se marchó con la menor a Palma.
El padre denunció que la mujer se había llevado a la menor sin comunicárselo y ocultándole su paradero, hasta que tras varios procedimientos judiciales fueron localizadas en Mallorca. El hombre acudió a la Justicia húngara para que garantizara que pudiera ejercer sus derechos parentales y el tribunal le dio la razón.
El tribunal húngaro, en mayo de 2016, determinó que la menor debía quedarse en la residencia de la madre en el país hasta que hubiera una sentencia firme. Sin embargo, la madre hizo caso omiso de la sentencia, por lo que el hombre presentó otra demanda.
Cuando la demanda fue admitida a trámite, la mujer alegó que existía un procedimiento en el Juzgado de Violencia contra la Mujer de Palma contra su expareja. Asimismo, también lo había denunciado por malos tratos en Hungría, aunque los procedimientos se encontraban en fase de instrucción y en ninguno había sentencia firme.
Asimismo, la mujer argumentó que desde que se marcharon el padre no había cumplido con sus obligaciones porque no había pagado nada en concepto de alimentos a la hija y que ambas ya habían establecido su residencia en España, donde está escolarizada la menor y tiene trabajo la madre.
En febrero de este año, el juez de Violencia contra la Mujer dio la razón a la madre y rechazó reconocer la sentencia del tribunal húngaro. El padre recurrió y ahora, la Audiencia ha estimado su recurso y revocado la decisión del juez palmesano.
De este modo, la Audiencia ordena ejecutar la sentencia húngara y da un plazo de ocho días a la madre para devolver a la menor a Hungría y escolarizarla allí.
La Sala fundamenta su resolución en que el tribunal de Budapest mantiene su competencia internacional en este asunto, pese al «traslado ilícito» del menor, ya que no se cumplen los requisitos para denegar el reconocimiento de la sentencia original.