Se van aclarando algunos interrogantes aunque otros permanecen abiertos en el caso de la joven Kenneka Jenkins, que fue hallada muerta en el congelador de un hotel de Chicago. Un activista de la comunidad negra informó que las cámaras de vigilancia del hotel de Rosemont donde falleció la muestran entrando sola en el lugar donde murió.
Andrew Holmes, que ha trabajado con la policía durante sus años de activismo contra la violencia, dijo al Chicago Tribune que los detectives de Rosemont le mostraron el vídeo después de ponerse en contacto con las autoridades para encontrar respuestas al trágico suceso de parte de la familia de la chica, de 19 años.
En él se puede ver a Jenkins esperando en el vestíbulo mientras sus amigos aparentemente suben a la habitación en la que habían estado de fiesta. Entonces la chica se sube al ascensor y baja un piso, y al salir vaga abriendo puertas aparentemente desorientada.
Finalmente abre dos puertas en una área de cocina y entra en el congelador. Las puertas se cierran detrás de ella y no se la ve más.
En línea con lo apuntado por los investigadores poco después de iniciar la investigación, Holmes afirmó que estaba convencido de que nadie más obligó a la joven a entrar en la cámara donde posteriormente fue hallada muerta.
Sin embargo, sus allegados están a la espera de pruebas de toxicología para ver si aparece alguna sustancia narcótica que pudieran haberle puesto en la bebida y que explicara su extraño comportamiento.
El médico forense realizó ya una autopsia al cuerpo, pero los resultados de determinadas pruebas practicadas podría tardar semanas en llegar.
La muerte de Jenkins se ha convertido en un tema viral y miles de usuarios han compartido en las redes sociales vídeos en los que se la ve junto a sus amigos en la fiesta del hotel. Estos han servido para alimentar todo tipo de teorías conspirativas sobre lo sucedido y son muchos los que creen que la joven había sido asesinada.
Por su parte, el alcalde de Rosemont, Bradley Stephens, lamentó que todas las especulaciones estaban obstaculizando la labor de los investigadores, forzándolos a contrastar numerosas pistas que a la postre carecían de todo fundamento.
Los activistas de la comunidad negra de Chicago pusieron el foco en este caso después de que la madre de la chica expresara quejas airadas por lo que en su opinión era falta de diligencia en la respuesta inicial del hotel y la policía, dado que tardaron horas desde que se denunció la desaparación de la chica y que fue encontrado su cadáver en el interior del congelador.