Un hombre que había sido investigado tras la desaparición de una niña de 9 años durante una boda en un pueblo del este de Francia la madrugada del 27 de agosto, fue encarcelado este domingo por la noche tras haber sido imputado por el secuestro de la menor.
La Fiscalía de Grenoble explicó en un comunicado que el inculpado, que tiene 34 años, era uno de los dos que ya había sido arrestado la semana pasada en el marco de la investigación sobre la desaparición de Maëlys de Araujo en el departamento de Isère y que había sido provisionalmente puesto en libertad el sábado.
Su segunda detención un día después, y ahora su acusación, se sustenta en los «resultados» obtenidos en las pruebas que ha realizado la policía científica en algunas pertenencias suyas que se habían examinado, indicó el Ministerio Público.
A falta de confirmación oficial, «Le Dauphiné Liberé» avanzó que se trata de restos de ADN de la pequeña que se encontraron en el interior del coche del sospechoso.
El vehículo estaba en el centro de las pesquisas porque el ahora imputado lo había utilizado para ausentarse momentáneamente de la celebración de la boda a la que acudió y, al día siguiente, lo había limpiado, según su testimonio porque tenía programado venderlo.
Durante su interrogatorio, negó ser el responsable de la desaparición de la menor, pese a que fue confrontado a esas pruebas de ADN. En cualquier caso, los jueces de instrucción decidieron inculparlo por secuestro o detención arbitraria de un menor de 15 años, y posteriormente fue encarcelado.
Pese a esta evolución en la investigación, la pequeña Maëlys sigue en paradero desconocido. Los gendarmes inspeccionaron varios lagos, muy numerosos en los alrededores de Pont de Beauvoisin, el lugar donde se celebraba la boda en la noche del 26 al 27 de agosto cuando se le perdió la pista a la niña.
El sábado, alrededor de un millar de personas habían participado en una batida «ciudadana», convocada a través de las redes sociales, que fue también infructuosa.