Los guardias civiles Diego Salvá y Carlos Sáenz de Tejada, asesinados hace ocho años en Palmanova (Calvià) por la banda terrorista ETA, han recibido este domingo un homenaje en el que han participado familiares, representantes institucionales y compañeros de los cuerpos de seguridad.
Según ha informado el Ayuntamiento de Calvià, se ha guardado un minuto de silencio en su memoria en el lugar donde explotó la bomba que les mató y posteriormente se han depositado flores en su memoria.
El alcalde del municipio, Alfonso Rodríguez Badal, ha subrayado el carácter «cruel, vil y cobarde» del asesinato de Sáenz de Tejada y Salvà.
También ha incidido en que cuando se produjo ese atentado, el último de ETA en España, todos los demócratas tenían la certeza de que resultaba «absolutamente inútil» porque la «fortaleza» de las fuerzas de seguridad y la unanimidad política garantizaban la derrota del terrorismo.
Al homenaje han asistido familiares de Diego Salvá, la delegada del Gobierno en Baleares, Maria Salom, el jefe de la Guardia Civil en las islas, Jaume Barceló, representantes institucionales y agentes de todos los cuerpos de seguridad.