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Incendio ● Nuevo siniestro en la misma zona

Cala Saona vuelve a ser pasto de las llamas por un incendio que obliga a desalojar 7 casas

El fuego se declaró muy cerca del lugar donde hace mes y medio se registró el primer gran incendio del año en Formentera. | David Setbetes

| Formentera |

Ibanat ha informado esta mañana que ya se ha dado por controlado el incendio iniciado ayer en Cala Saona, con un balance de 10,2 hectáreas calcinadas. En los trabajos de extinción sobre la zona actúan siete brigadistas, 22 personas del UME, un camion de bomberos, un técnico y dos Amas.

Dos veces en un mes y medio. Formentera está de pega con los incendios este verano, y la zona de Cala Saona y Cap de Barbaria se lleva el trágico honor de ser el punto más afectado por un fuego que ayer por la tarde se dejó notar con virulencia azuzado por ráfagas de viento seco que llegaron a los 40 Km/h. Eran poco después de las cuatro de la tarde cuando empezó a verse una columna de humo que poco después se haría visible desde gran parte de la isla.

El punto de inicio del incendio se situaba en una zona próxima al del fuego del pasado 20 de mayo, pero esta vez las condiciones de sequedad del terreno eran peores, cosa que hacía temer una fácil extensión de las llamas. Por esta razón, fue importante sino decisiva la rápida intervención de los efectivos de lucha y extinción de incendios, con cinco helicópteros y tres aviones como medios aéreos, así como la intervención sobre el terreno de 17 brigadistas del Ibanat, los bomberos de Formentera, dos agentes de medio ambiente (AMAS), voluntarios de protección civil y efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) llegados desde Ibiza.

Aún y así, el fuego que se declaró de nivel 1 al poder afectar a propiedades y personas, obligó a evacuar un total de siete viviendas así como unas veinticinco personas de dentro del perímetro del incendio. Fueron numerosos los vecinos de la zona que se prestaron como voluntarios para auxiliar a los bomberos en los trabajos de extinción, aunque durante las primeras y más intensas horas de incendio no se permitió que nadie ajeno a las fuerzas de extinción participara en el operativo por razones de seguridad.

A partir de las seis de la tarde el viento bajó de intensidad, cosa que facilitó las labores de extinción, dándose el incendio por confinado y perimetrado a las ocho y por estabilizado a las diez de la noche con una afectación de entre diez y quince hectáreas. Se preveía que los efectivos de extinción actuaran toda la noche sobre el terreno apagando pequeños focos con cinco autobombas.

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