Un equipo formado por unos 3.000 rescatistas busca contra reloj a los posibles supervivientes del desprendimiento que el sábado sepultó una aldea de la provincia de Sichuan, en el suroeste de China, causando la muerte de al menos 15 personas y 118 desaparecidos.
Las autoridades locales publicaron hoy una lista con los nombres de las 118 personas que podrían estar bajo los escombros y pidió a los ciudadanos que proporcionen pistas que puedan facilitar su rescate, informó hoy la agencia oficial Xinhua.
El suceso se produjo después de que se deslizara la parte alta de una montaña que cayó sobre la aldea de Xinmo, en torno a las 6.00 de la mañana del sábado (22.00 GMT del viernes), por las intensas lluvias producidas en la zona.
Según explicó el líder de los rescatistas, Wang Minghui, en total se han encontrado los cuerpos de quince personas. Los miembros de los equipos de rescate están peinando la zona con detectores de vida y perros rastreadores, pero no se han encontrado nuevos signos de vida.
«No vamos a renunciar mientras haya un poco de oportunidad», dijo un rescatista.
Sin embargo, según expertos en geología que se encuentran en el sitio, la posibilidad de supervivencia de las personas enterradas es realmente escasa.
Hasta el momento solo tres personas de una misma familia fueron rescatadas cinco horas después del desprendimiento de tierra, y trasladadas a un hospital sin heridas graves, aunque otro hijo quedó enterrado en la casa.
Qiao Dashuai, de 26 años de edad, marido de la familia, recordó que él y su esposa estaban cambiándole el pañal a su hijo cuando escucharon «un gran estrépito fuera y la luz se apagó». «Sentimos que algo malo estaba ocurriendo y corrimos hacia la puerta, pero estaba bloqueada por barro y rocas», explicó.
Al menos 62 casas quedaron enterradas mientras que dos kilómetros del curso de un río y 1.600 metros de una carretera quedaron sepultados por las rocas.
En esta época del año son frecuentes las lluvias torrenciales en China y es común que se produzcan inundaciones, desprendimientos y otras catástrofes motivadas por fenómenos meteorológicos.
Además, la aldea está a unos 150 km del epicentro del terremoto que en 2008 dejó más de 80.000 personas muertas o desaparecidas, un suceso que según los expertos hizo que la estabilidad de las montañas se deteriorara.