El cadáver que fue localizado en el maletero de un coche calcinado en el pantano de Foix (Barcelona) corresponde a un agente de la Guardia Urbana de Barcelona que fue apartado del cuerpo por agredir a un motorista y que actualmente era pareja de una agente víctima de una «pornovenganza» de otro policía.
Según adelantan este sábado La Vanguardia y El Periódico y han confirmado a Efe fuentes cercanas al caso, el fallecido era un agente de la Urbana que, tras ser reintegrado en el cuerpo al archivarse el proceso judicial por el incidente con el motorista, permanecía de baja recuperándose de una operación en la espalda a la que se sometió en octubre pasado.
Los Mossos d'Esquadra han abierto una investigación para aclarar las circunstancias de este suceso, sobre el que el juez ha ordenado el secreto del sumario y en el que todas las hipótesis siguen abiertas.
Pese a que el cuerpo estaba calcinado en el maletero del coche, los investigadores han conocido la identidad del fallecido porque el vehículo está registrado a su nombre y, además, porque el cadáver tenía una prótesis en la espalda, como la que le habían colocado al urbano tras ser operado en octubre pasado.
El guardia urbano fallecido es uno de los dos agentes de la Policía local barcelonesa que fue apartado temporalmente del cuerpo el pasado año, a raíz de una denuncia de Asuntos Internos por agredir y humillar supuestamente a un motorista, que se saltó un control rutinario de tráfico el pasado 15 de agosto en la carretera de L'Arrabassada de Barcelona.
El motorista renunció a acusar al policía y tras archivarse la causa penal los dos agentes fueron readmitidos en la Guardia Urbana.
El coche calcinado fue localizado sobre las seis de la tarde del pasado jueves en una pista forestal de Castellet i la Gornal (Barcelona), próxima al pantano de Foix, por una persona que paseaba por la zona, que avisó a los Mossos d'Esquadra.
Una vez que los policías comprobaron que el vehículo en el que encontraron el cadáver iba a nombre de este agente, iniciaron una investigación.
Se da el caso de que la actual pareja del fallecido era también una agente de la Guàrdia Urbana de Barcelona que supuestamente fue víctima de un caso de «pornovenganza» por parte de un subinspector del cuerpo que, tras romper en 2008 la relación sentimental que mantenían, difundió fotos de contenido sexual de la mujer de forma masiva a sus contactos desde su ordenador de la comisaría, ya que conocía su contraseña.
El juicio contra el subinspector se tenía que haber celebrado el pasado viernes 28 de abril, si bien se pospuso, cuando todas las partes ya estaban en el juzgado, hasta el próximo 15 de mayo porque la Fiscalía rebajó a última hora su petición inicial de tres a dos años de cárcel por un delito contra la integridad moral.