Una presunta nueva víctima del exrector de Selva rompe su silencio 35 años después. Se trata del progenitor de la menor que también habría sufrido los abusos sexuales del padre Cano cuando tenía 12 años, en 2015.
Entonces era monaguillo. Ahora denuncia que Antonio Cano le obligaba a actos sexuales. Todo ello habría empezado cuando el denunciante contaba con la edad de nueve años y se habría mantenido hasta los quince, aproximadamente.
Según consta en la denuncia interpuesta en sede policial, «estos abusos existieron cuando yo era monaguillo suyo en la iglesia de Selva. En esta época en mi casa había problemas, era una familia desestructurada, y creo que Antonio lo sabía y se aprovechó de esa situación. Recuerdo la primera vez que pasó, él me enseñaba la iglesia, la parte de arriba, donde el coro canta, y me sentó en sus rodillas. Era por el mes de diciembre o enero, recuerdo que hacía mucho frío. Me abrazó y me dijo que era un niño que necesitaba mucho cariño y que era guapo». Acto seguido explica situaciones muy íntimas y comprometidas: «Me tocó por encima de la ropa y directamente el pene. Me iba contando historias pero no las recuerdo muy bien, al mismo tiempo que me masturbaba»...
El exmonaguillo aporta datos en la declaración acerca de aspectos físicos muy concretos del padre Cano, así como marcas y peculiaridades de sus genitales que han sido comprobadas por los investigadores. De hecho, asegura que ambos llegaron a tener relaciones sexuales plenas.