Un nuevo escándalo azota a la Iglesia de Mallorca. La Fiscalía solicita tres años de cárcel para el exrector del Selva por un presunto caso de abusos sexuales cometido sobre una niña de tan sólo doce años. Por su parte, la acusación particular, representada por el abogado Felip Amengual, pide cuatro años de reclusión.
La denuncia se presentó hace dos años, cuando un exmonaguillo de Selva denunció que fue víctima de abusos sexuales por parte del capellán durante un largo periodo de tiempo, hace unos 35 años. Pero el punto importante de la denuncia es otro: sostiene que en febrero de 2015 el sacerdote intentó hacer lo mismo con su hija de 12 años en una casa de Santanyí, y ante la gravedad de los hechos se atrevió al fin a dar el paso y denunciarlo.
Según el escrito de la fiscal del Juzgado de Instrucción número 3 de Manacor, Raquel Solano, el excapellán de Selva Antonio Cano Oleo, «una noche del mes de febrero de 2015, se encontraba en su domicilio, sito en la localidad de Calonge, en Santanyí, en compañía de la citada menor. La niña, que contaba con 12 años de edad, como quiera que la misma tenía miedo de dormir sola, se acostó en la cama del acusado, y éste, con la intención de satisfacer sus deseos sexuales, empezó a tocarle el abdomen, bajando hasta la cadera y posteriormente la ingle. En ese instante, la menor, al sentirse incómoda, le propinó un codazo para que parara, si bien pasados unos minutos el acusado volvió a repetir los mismos hechos, teniendo la menor que propinarle otro codazo».
Por estos hechos, la fiscal procede a imponer al acusado «por el delito de abuso sexual la pena de tres años de prisión y e inhabilitación para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena privativa de libertad, así como por aplicación de lo dispuesto en el artículo 192 del CP, la medida de libertad vigilada por una plazo de cinco años».