No es la primera vez que les pasa. De hecho ya han interpuesto denuncias ante el Ajuntament de Alaró en múltiples ocasiones. Esta vez le ha tocado a Miquel Pons, que ha perdido 19 ovejas este fin de semana por el ataque de perros, nueve el sábado y otras diez el domingo, en la finca de Son Pere Antoni. En tan solo un año ha perdido ya 25. Y eso que en esta finca cuentan tan sólo con 39 cabezas, aunque tienen más en otros pueblos de la comarca. Estas muertes suponen para ellos haber perdido lo que habían previsto para esta Pascua con la venta de los corderos.
Andreu Rotger ha visto como los canes le herían este fin de semana a tres de sus ovejas en Son Fuster de Baix, pero en lo que va de año ha perdido ya 50 por estos ataques. En el mismo caso se encuentra Jaume Coll, que ha perdido 93 en dos años en varias fincas en las que tiene a sus rebaños.
Por lo que relatan, no se trata de perros asilvestrados, sino que son perros de mediano o pequeño tamaño que se escapan de sus fincas y atacan a los rebaños. No lo hacen para comer, sino para jugar, un juego que acaba siendo mortal para el ganado ovino.
Piensan que los propietarios de los perros deberían tener más cuidado y muestran su malestar con el Ajuntament de Alaró, al que acusan de no hacer nada al respecto. Aseguran que no solo es la pérdida económica de las ovejas, sino otras consecuencias que se derivan de ello. Tanto abortos que se suceden tras las muertes, como enfermedades o la necesidad de sustituir a las que habían destinado a la cría por otras.