Especialistas de la Policía y la Guardia Civil del Sistema de Seguimiento Integral de los casos de Violencia de Género (Sistema VioGén) están entrevistando a asesinos machistas en las cárceles y a su entorno familiar, laboral y social, así como a todo el ámbito de su víctima con el objetivo de profundizar en los casos más graves de violencia de género para afinar en el diseño de medidas de protección.
Así lo han explicado fuentes del Ministerio del Interior, que han indicado que estos expertos están realizando un estudio pormenorizado de los casos mortales de los últimos años para determinar las circunstancias que derivaron en la muerte de estas mujeres e ir más allá de lo que recogen los atestados policiales. El titular de la cartera, Juan Ignacio Zoido, lo ha confirmado esta semana durante su intervención en la Comisión de Interior del Congreso de los Diputados.
Para ello, un equipo de la Policía Nacional y de la Guardia Civil, junto a expertos universitarios y con la ayuda de la Fiscalía de Violencia de Género, psicólogos y trabajadores sociales, está realizando entrevistas a condenados en las cárceles, así como a sus familiares, amigos y personas de su entorno laboral. Lo mismo hacen con el ámbito de la que fue su víctima.
Según indican, será un trabajo de varios años que conlleva un esfuerzo ingente, no sólo porque el caso tiene que ser juzgado para ser investigado, sino también por la variada casuística, el rechazo a colaborar por parte del agresor y de su entorno más próximo, o las dificultades para localizar a las personas a las que se tiene que interrogar. Hasta la fecha, han estudiado un total de 30 casos en profundidad.
Estos trabajos podrían culminar en la elaboración de un nuevo formulario de valoración del riesgo de homicidio para los casos más graves a fin de evitar, por ejemplo, que las mujeres que han denunciado malos tratos y constan en el Sistema VioGén acaben siendo asesinadas. En lo que va de año, más del 36% de las víctimas mortales de violencia de género habían acudido antes a las autoridades.
De este modo, si los investigadores encuentran los indicadores necesarios, elaborarían una primera versión de ese nuevo cuestionario que se iría perfeccionando de manera periódica. La diferencia con los recientemente actualizados y en vigor desde el pasado mes de septiembre sería la posibilidad de detectar el deseo del maltratador de acabar con la vida de la mujer, y no sólo atemorizarla o causarle daño físico.
Supervivientes con lesiones graves
El siguiente paso para los especialistas, si el estudio de los casos mortales anterior ha dado resultados, sería trabajar con aquellas mujeres que han sobrevivido a fuertes agresiones y tentativas graves de homicidio y han quedado con grandes secuelas físicas y psicológicas. Las fuentes consultadas aseguran que son muchas aunque invisibles porque no se contabilizan en ninguna estadística oficial.
Mientras tanto, la estimación del riesgo que un hombre supone para su víctima seguirá realizándose con los formularios de Valoración Policial del Riesgo (VPR), para una diagnóstico inicial, y Valoración Policial de Evolución del Riesgo (VPR), cuyos resultados se vuelcan en el sistema VioGén y se ponen a disposición de 37.000 usuarios de instituciones y fuerzas policiales, una cifra que crecerá con la próxima incorporación al sistema de Instituciones Penitenciarias, servicios sanitarios y servicios sociales.
Estos formularios fueron implantados por el Ministerio del Interior a mediados de septiembre para medir de forma más precisa el peligro que afrontan las mujeres que denuncian violencia de género, actualizando los cuestionarios que se venían utilizando desde 2010 con nuevos indicadores hasta entonces no recogidos, como el uso de internet como arma por parte del maltratador, el acoso escolar o la situación laboral de la mujer.
Son cumplimentados por el agente policial cuando se presenta la primera denuncia y para ello tiene que disponer de información contrastada para establecer las medidas de protección adecuadas a su nivel de riesgo -extremo, alto, medio, bajo y no apreciado-. El resultado se traslada al juez para que adopte las medidas de protección que considere oportunas al tiempo que sirven a las fuerzas de seguridad para marcar la protección policial que será necesaria.
A 31 de octubre constaban en VIOGEN 51.885 casos de mujeres activos y de ellas, 17 estaban en riesgo extremo, 142 en riesgo alto, 3.432 en riesgo medio, 17.466 en riesgo bajo y 31.828 en riesgo no apreciado. En total, desde que comenzó a funcionar este sistema en julio de 2007, más de 402.774 mujeres en España han pasado por él.
Vivir con una maleta hecha
Esta clasificación de casos se revisa periódicamente (VPER) aunque las fuentes consultadas inciden en que el riesgo para una mujer puede cambiar en cuestión de horas, lo que eleva la dificultad de atinar con el nivel de protección. De ahí que en agosto de este año se pusieran en marcha los primeros Planes Personalizados de Protección Policial, que son adicionales a las medidas con que ya cuenta la víctima y que buscan ajustar al máximo el seguimiento del caso a sus necesidades.
A 31 de octubre ya constaban 12.141 mujeres con un plan de seguridad personalizado atendiendo a los niveles de riesgo estimados. Por ejemplo, si una mujer es diagnosticada como en riesgo no apreciado, se le aconsejará llevar siempre el móvil encima, tener una lista de teléfonos de asistencia a mano y conocer bien los derechos que le asisten.
A la mujer que se encuentre en riesgo medio, se la sugerirá que avise a sus vecinos por si llegado el momento necesita ayuda y a la de riesgo alto, se la instará a dejar el domicilio, pedir un cambio de horario o de centro de trabajo, cambiar sus rutinas de desplazamiento y tener un plan de escape con una bolsa de emergencia preparada por si ha de huir.