La defensa del menor que sufrió un mordisco en el tren de Inca reclama cinco años de cárcel para el agresor. El acusado estuvo un mes y 10 días en prisión preventiva. La Fiscalía pide dos años por las lesiones y nueve meses por un delito de violencia machista.
El 20 de mayo de 2016, el agresor, de 20 años, se encontraba con su novia en la estación Intermodal de Palma. En el andén, el joven discutió con su pareja. Le agarró del pelo y le golpeó en las costillas y en la cabeza antes de subirse al tren. En el interior del vagón continuó la discusión entre la pareja. La víctima, un adolescente de 16 años, recriminó al acusado su actitud. El presunto maltratador respondió con violencia. Propinó un puñetazo al joven y luego le mordió en la mandíbula. Los agentes lo detuvieron 10 días más tarde escondido en casa de sus padres, en el Pont d'Inca. El agresor reconoció entonces los hechos: «Se me fue la olla».
La defensa del menor, ejercida por el despacho Campaner, Barón & Llop, solicita 10.000 euros de indemnización por las lesiones y el daño moral.
En una entrevista concedida a este periódico, el menor aseguró que volvería a intervenir para evitar otra agresión machista. «No me siento un héroe, actué como cualquiera debería haber hecho».