La Guardia Civil encontró parte de la droga en la habitación infantil. Ocho kilos de cogollos de marihuana seca en grandes bolsas de basura. El 28 de enero de 2014, los agentes, en la operación bautizada como ‘Green Beret', registraron un edificio de cuatro plantas en la calle Judit del Coll d'en Rabassa. Los funcionarios desmantelaron la finca y se incautaron de 1.098 plantas y coches de lujo. Los presuntos moradores habían convertido la finca en un gigantesco laboratorio de marihuana.
El inmueble pertenecía a la familia Benabad, un clan desarticulado tras la reciente ‘operación Iron Belt'. El juicio contra cuatro miembros de este clan y otros dos acusados arrancó este martes en Vía Alemania. Los seis implicados se enfrentan a una petición de la Fiscalía de cuatro años y medio de cárcel por un delito contra la salud pública y otro de defraudación de fluido eléctrico.
José Manuel Benabad, ‘Joselón', dijo este martes que era el administrador de la finca y que desconocía todo lo que apareció en su interior. En aquel tiempo vivía con un amigo, también acusado, y aseguró que la droga hallada en su casa era de su compañero. La vivienda estaba dotada de cámaras de videovigilancia. Había una en el salón y otra en una habitación. «Me entraron varias veces a robar objetos de mi hijo», contó el acusado para justificar el sistema de seguridad.