Los efectivos de emergencias que actuaron en el accidente de Santa Margalida del pasado lunes en el que fallecieron dos niñas y sus padres, de nacionalidad alemana, siguen afectados por el suceso y no se explican lo ocurrido. «Hace muchos años que no pasaba un accidente tan grave en las carreteras de la Isla, es increíble que una familia pueda morir de esta manera», apuntó uno de ellos.
La Guardia Civil de Tráfico lleva a cabo la investigación del siniestro y se baraja como causa una distracción del conductor, identificado como Johann Alfons Angerer, de 43 años, quien iba acompañado de su mujer, Heike, de 42, y sus hijas Lea Marie, de diez, y Luisa, de siete.
Vacaciones
La familia fallecida residía en la ciudad de Freising, situada en la región de Baviera. Aprovechando los últimos días de vacaciones de las niñas, la familia había viajado a la Isla. Llegaron el jueves y se alojaban en un hotel de Cala Egos, en Santanyí.
El director del establecimiento explicó este martes que la familia tenía previsto pasar dos semanas de vacaciones en Mallorca y lamentó lo ocurrido.
Johann era técnico electricista y su mujer Heike pedagoga. Ambos estaban muy vinculados a la asociación Pfiff de su ciudad, que trabaja aspectos psicomotrices con los niños para estimular y potenciar sus experiencias sensoriales y el deseo de moverse.
Johann, a quien llamaban Hannes, era directivo de la asociación y su esposa trabajaba directamente con los niños ya que era experta en terapias curativas. La muerte de la pareja cayó como un mazazo entre los miembros de la asociación, que se mostraron destrozados: «Necesitamos tiempo para asimilar la tragedia», afirmaron al periódico local ‘Tz'».
La familia de los fallecidos fue informada del terrible accidente y a través del consulado alemán que está ultimando los trámites para poder trasladar los cuerpos de las víctimas a su país.