Marcos F.P., el acusado de asesinar a un joven de 22 años en su domicilio de Campos en 2014, ha dicho ante el jurado que el día de los hechos estaba borracho y drogado y solo recuerda que se peleó con la víctima porque pretendía robarle unas joyas. «Jamás haría daño a nadie», ha asegurado.
El acusado ha relatado ante el jurado que estaba pasando «un calvario» desde que conoció al joven, que desde el principio le trataba como «un objetivo» para sacarle todo el dinero y le había amenazado con hacerle daño a él y a su mujer.
Ha explicado que el joven le empezó a reclamar dinero cuando le robaron de su coche un macuto con un ordenador, un dron y varias cámaras que utilizaba para trabajar, y desde entonces le fue dando dinero en efectivo porque le dio pena lo ocurrido.
Aunque lo robado costaba unos 12.000 euros, «una vez pagados, se convirtieron en lo que le dio la gana», ha afirmado. Ha detallado que el joven le siguió chantajeando hasta obtener unos 35.000 euros.
Sobre el día del crimen, el acusado ha dicho que estaba colocado tras haber consumido alcohol y cocaína y solo recuerda «flashes» de que el joven le quitó varias joyas familiares.
«No recuerdo haber clavado el cuchillo», ha dicho el acusado, que ha detallado que comenzó una pelea cuando se dio cuenta de que le estaba robando. «Creo que lo que pasó es que logré arrebatarle el cuchillo». «Ojalá hubiera sido yo el muerto», ha dicho el acusado llorando ante el jurado.
El suceso que juzga desde hoy un jurado en la Audiencia de Palma ocurrió el 2 de mayo de 2014, cuando el acusado tenía 52 años y la víctima 22. Según ha explicado el fiscal al inicio de la vista oral, todo ocurrió en el domicilio del acusado, que golpeó al joven en la cabeza con una botella de cristal y, cuando estaba en el suelo, lo acuchilló hasta 9 veces.
Según el acusador público, no hay nada que justificara que el acusado golpeara y clavara un cuchillo a la víctima, por lo que le acusa de asesinato con alevosía y ensañamiento y pide que sea condenado a 25 años de prisión y a indemnizar a los padres de la víctima con 200.000 euros.
El fiscal ha explicado al jurado que uno de los documentos que verán durante el juicio es un vídeo que muestra que antes del asesinato hubo una relación de carácter sexual entre el acusado y la víctima.
El letrado de los padres de la víctima, acusación particular, ha subrayado durante su intervención ante el jurado que el asesinato se produjo con alevosía porque el acusado apuñaló a la víctima primero en el pecho y luego hasta 9 veces por la espalda, sin opción para que pudiera defenderse, y además con ensañamiento, porque lo hizo con la voluntad de causarle el mayor daño posible.
El abogado del acusado, Bartomeu Salas, alega legítima defensa y asegura que el asesinato se produjo después de que la víctima chantajeara durante ocho meses a su defendido con vídeos de contenido sexual, y en medio de una pelea que empezó porque el joven le robó un reloj y joyas.
El defensor ha destacado que el acusado es una persona sin antecedentes penales, afectado por una depresión por la reciente muerte de su padre y que el día del asesinato tenía sus facultades mermadas por el consumo de antidepresivos, cocaína y alcohol. También ha destacado que nunca ha negado lo ocurrido.