Sólo cuatro horas antes del crimen del Port de Pollença, Lucia Patrascu acudió al cuartel de la Guardia Civil porque quería denunciar a su esposo por malos tratos, aunque finalmente no lo hizo. La Comandancia de Palma ha abierto una investigación interna para aclarar si el protocolo habitual en estos casos de violencia de género se llevó a cabo de forma correcta.
Desde la Comandancia palmesana se quiere confirmar que la actuación de la Benemérita de Pollença fue correcta y está previsto que le tomen declaración al comandante de puesto y a los agentes que se encontraban en el cuartel cuando Lucía Patrascu acudió, a eso de las seis de la mañana. En cualquier caso, las fuentes policiales consultadas han insistido en que «si no se ha actuado de forma profesional se depurarán responsabilidades. Lo que podemos garantizar es que no habrá corporativismo». El asunto está judicializado y una jueza de Inca será la encargada de valorar la actuación benemérita el día de los hechos.
Otro dato que ha trascendido es que fue un crimen en directo. Varias decenas de vecinos o viandantes presenciaron parcialmente la pelea inicial, dentro de la casa, y las posteriores puñaladas en el balcón. Sólo uno de eso testigos -un ciudadano alemán- corrió a auxiliar a la víctima. Algunos de esos testigos se dedicaron a grabar la pelea. La Guardia Civil teme que alguno de los testigos quiera vender ese material.
En otro orden de cosas, este martes se llevó a cabo en el Passeig des Born una manifestación de condena del asesinato machista, organizada por el Lobby de Dones.
Por otra parte, Ioan Ciotan ha pasado este miércoles a disposición judicial en el Juzgado de Instrucción número 2 de Inca, especializado en Violencia sobre la Mujer.