«Nunca me imaginé que pudiera pasar esto». Olga Bulashova, la única superviviente de la tragedia de Santa Ponça, declaró a los investigadores que antes del ataque no temía ni por su vida ni por la de su novio, Juan José Piña, a pesar de que su exmarido cada vez estaba más nervioso porque su relación iba en serio.
En la madrugada del crimen, los agentes de la Guardia Civil encontraron a la mujer rusa completamente ensangrentada, pero sólo le detectaron una herida en la cabeza.
Bulashova afirmó que Bernardo Ferrá, su ex marido de 65 años, la había golpeado «con un palo», aunque los investigadores creen que en realidad la atacó con la escopeta de caza y ella, entre la oscuridad y el shock traumático, se confundió.
Mientras era atendida por los sanitarios y después, durante su declaración, Olga insistió en su misma versión: «Nunca creí a Bernardo capaz de esto», refiriéndose a que acababa de matar a su novio y, después, se había volado la cabeza de un tiro. La mujer añadió que durante sus muchos años de relación con el empresario de transportes, con el que empezó a salir en 1998, no había sufrido malos tratos.