Si resulta peligroso conducir por la carretera de la Serra de Tramuntana, una de las más transitadas de la Isla, ahora hay que añadir la proliferación de excursiones a caballo –grupos de más de 15 personas circulando por uno de los carriles–, jóvenes realizando descensos en monopatín a más de 100 kilómetros por hora o turismos invadiendo el carril contrario de la calzada.
A pesar de los esfuerzos realizados por la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y del aumento considerable de controles de velocidad, la convivencia entre vehículos a motor, ciclistas, animales salvajes, turistas y excursiones a caballo resulta muy complicada.
Los tramos más conflictivos están fijados en los cerca de 100 kilómetros de que dispone la Ma-10, carretera Andratx-Pollença, y todas aquellas secundarias que desembocan en la carretera de la Serra de Tramuntana.
Los agentes de la Benemérita son conscientes de la existencia de grupos de motoristas y coches que practican una conducción agresiva, peligrosa y temeraria, pero imágenes como las que les ofrecemos en este artículo ponen en evidencia que no son los únicos y que resulta muy injusto cargar las tintas sólo contra un colectivo.