El Juzgado de Instrucción número 1 de Girona ha autorizado el entierro del niño de siete años cuya familia convivió con el cadáver varios meses en un piso de esta ciudad, después de haber permanecido desde el pasado 5 de marzo en el depósito del Instituto de Medicina Legal.
La juez ha dictado una resolución en la que autoriza a los parientes a disponer del cuerpo del fallecido mientras se mantiene la investigación por un posible delito de homicidio imprudente.
Los padres del niño, Bruce y Schrell Hopkins, de 39 y 38 años, respectivamente, y originarios de Detroit (Estados Unidos), han expresado su voluntad de celebrar un funeral en Girona lo antes posible, aunque su abogado, Christian Salvador, ha advertido de que los trámites burocráticos impedirán que se concrete en menos de una semana o diez días.
El matrimonio, que fue puesto en libertad con cargos, tiene otros dos hijos de 13 y 15 años que se encuentran desde el descubrimiento del caso bajo la tutela de la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA).
Antes de que el matrimonio Hopkins pueda recuperar a esos dos niños, los especialistas deben evaluar la afectación psicológica que han podido sufrir tras dormir y convivir como mínimo un mes junto al cadáver del hermano por decisión de los padres.
El abogado de la familia ha lamentado que, a pesar de que reclamó en febrero que la custodia de los menores volviera a sus progenitores, no sólo no ha obtenido respuesta, sino que todavía no se ha confeccionado el informe psicológico del estado de los dos hermanos.
Los hechos se remontan al fallecimiento de Kaleb Hopkins, posiblemente a mediados del pasado septiembre, de forma natural por una afección respiratoria crónica.
Los padres no aceptaron la muerte y velaron de noche y de día el cuerpo del niño hasta que la policía supo lo que sucedía el 5 de enero a raíz de una denuncia de la propietaria del piso por impago del alquiler.