«Vinieron un sábado y llamaron a la puerta sin avisar. Estaban al tanto para ver quién abría. Si era viejo o joven. Yo tenía la revisión del gas hecha y me di cuenta en seguida de que me estaban tomando el pelo, pero no dije nada. Sentí miedo. A lo mejor me daban una paliza. Quería llamar a la policía pero no me atreví por si me oían». Quien habla en la sala de un juzgado de lo Penal de Palma es un hombre de 87 años que fue víctima de una presunta estafa de una empresa de revisión del gas. Cinco hombres se enfrentan a tres años y medio de cárcel cada uno por un delito de estafa continuada, entre 2010 y 2011, y otro de pertenencia a grupo criminal. La mayoría de los afectados era gente de avanzada edad.
La Guardia Civil clausuró la sede de la empresa en Mallorca, ubicada en la calle Pare Miquel Mir de Palma. Fue en noviembre de 2011. Los agentes calcularon que en total había 400 perjudicados que pagaron cantidades muy elevadas por unos servicios sospechosos. Algunos de los perjudicados denunciaron los hechos cuando vieron que los medios publicaron información sobre una posible estafa. «Los operarios vinieron tres días seguidos. Uno detrás de otro. Y cada día con la factura ya hecha», continúa el octogenario. Pagó 2.500 euros por estos tres días de supuestas reparaciones. En la ermita de Valldemossa también actuaron.
Mehdi A. era el delegado de la empresa en Mallorca. En el juicio, como el resto de acusados, defendió su inocencia. «Informábamos de los trabajos a los que íbamos hablando y por escrito. La Guardia Civil, a raíz de la expectación mediática, cogió las facturas y les dijo a los clientes que denunciaran para colgarse las medallitas», explicó.