«Le di masajes por el cuerpo para que se durmiera, pero nunca le toqué las partes íntimas». El monitor de un colegio de Palma se defendió este jueves de las acusaciones de repetidos abusos sexuales a dos alumnas de tres años durante ocho meses (entre 2010 y 2011). Negó rotundamente los hechos ante un tribunal de la Audiencia de Palma. «Lo puedo achacar a malas interpretaciones y malos entendidos. Yo no he hecho eso», apuntó el joven, español de 31 años.
En aquel periodo acompañaba a los niños al comedor y después a un aula para que descansaran, la «sala de dormilones». Allí es donde se produjeron los supuestos abusos. El imputado explicó las técnicas que utilizaba con los menores inquietos a quienes les costaba conciliar el sueño. Lo hacía por igual con todos los que precisaran esa atención. Se acostaba en las colchonetas donde descansaban, a ras de suelo. Les cogía la mano, les acariciaba la cabeza o les daba masajes bajo la manta, en la barriga, directamente sobre la piel. «Es una técnica muy efectiva», afirmó.
La declaración del monitor, hijo de la directora del colegio en aquel tiempo, contrastó con la de la madre de una de las víctimas. «Un día, en el coche, antes de dejarla en el colegio me dijo que el monitor le quería mucho y eso no le gustaba porque era un hombre. El mismo día, cuando la bañé por la noche, la puse encima de la cama para secarla y me enseñó cómo le tocaba el monitor. Mi hija se estaba tocando el clítoris y me preguntó si eso era malo y que se lo hacía a más niñas». La vista se retrasó por las cuestiones previas planteadas por la defensa y proseguirá los días 21 y 29 de marzo con testigos y peritos.