«Él lo escuchaba todo». La exmujer del antiguo capitán del yate del rey Juan Carlos, el Fortuna, narró este lunes en un juicio cómo el acusado durante meses siguió todos sus movimientos gracias a un programa que instaló en el móvil. No fue el único método de espionaje: también usó micrófonos en el bolso y un programa que pirateó la cámara web del ordenador. «Yo no sabía de qué manera me espiaba, pero me hacía comentarios sobre conversaciones privadas, lo que estaba claro es que lo hacía».
El acusado se enfrenta a una petición de cárcel de seis años por allanamiento de morada y por un delito de revelación de secretos por parte de la acusación particular. La Fiscalía deja la petición de condena en dos años de prisión, dado que reconoce dos atenuantes: uno porque ha indemnizado a la víctima con 6.000 euros y el otro porque padecía un trastorno obsesivo compulsivo, según una psicóloga que declaró en la vista.
El acusado admite el espionaje pero niega haber entrado en la vivienda de su expareja.