La regidora de la Policía Local de Palma, Angélica Pastor, continúa intentando apagar los incendios que asolan el cuartel de San Fernando, día sí y otro también. En sólo una semana ha vivido tres detenciones de policías y la dimisión de su comisario jefe, que denunció que quería dejar de ser un «pasmarote».
En una entrevista concedida a Ultima Hora ha explicado que «esto no es una guerra. Esto es un barco que naufraga, pero lo vamos a salvar. Los mandos mayores del Cuerpo están haciendo un gran trabajo, aunque no suplen a los comisarios». «Creo que ya se ve la luz al final del túnel. Pronto se levantará el secreto del sumario sobre la corrupción policial y podremos saber todo lo que hay».
Sobre las acusaciones de colaboracionismo con el fiscal y el juez indica que «por supuesto que colaboro, faltaría más. Es mi obligación y no significa que sea una chivata. Siempre hay que ayudar a la Justicia, si detecto algún indicio susceptible lo pongo a disposición del juez».
Señala que su objetivo es «volver a la normalidad, que no es poco. Los presuntos corruptos son unos pocos, ése es el mensaje». «Lo que le puedo decir es que nosotros no miramos hacia otro lado, como el anterior equipo de gobierno de Cort. No me puede recriminar nadie que no me ocupe de los policías. Hacemos un gran esfuerzo para que esto funcione».
Ante la pregunta de si el cuartel está moribundo, la regidora afirma que «es un enfermo que tiene curación. Y lo conseguiremos».