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Asesinato de Asunta

El director de la cárcel ve a Rosario Porto siempre «hundida»

| Santiago de Compostela |

El director de la cárcel de Teixeiro, en Curtis (A Coruña), donde están presos Rosario Porto y Alfonso Basterra acusados de matar a su hija Asunta en septiembre de 2013, ha asegurado que vio siempre «hundida» y en un «llanto continuo» a la madre adoptiva de la niña, durante las entrevistas que mantuvo con ella en el centro penitenciario.

Por su parte, una amiga de la acusada desde 3º de EGB (cursado en el año 1977) ha manifestado que, a su juicio, Asunta sentía «adoración» por su madre, que «la quería mucho» y «se llevaban bien».

Lo han señalado a preguntas de las partes durante la última jornada de comparecencias de testigos en el juicio por el caso Asunta, que trata de esclarecer la muerte de la menor.

Como el pasado viernes, este martes se ha centrado en testigos propuestos por la defensa de Porto, antes de que lo hagan los que solicitó la letrada que representa a Basterra.

Robo

Entre ellos ha intervenido el propietario de la ferretería que se encargó de cambiar la cerradura del piso de General Pardiñas, la de los padres de ella, después de un intento de robo, pero también más adelante, según sus anotaciones el 9 de enero de 2013, de la de la vivienda de Doutor Teixeiro, en la que vivían Rosario y Asunta.

Según ha explicado, el cambio de la cerradura en este piso se produjo porque le habían entrado en su casa y «le quisieron llevar a la niña». Un empleado que fue el que sustituyó la cerradura, según ha relatado el ferretero, «preguntó» a Porto el motivo del cambio, ya que «estaba en perfectas condiciones», y la clienta «dijo que porque había mucha gente con las llaves».

Estas fechas coinciden con el tiempo en el que ambos se divorciaron, tras descubrir Basterra que su por entonces mujer le era infiel. Este momento, en cambio, no se corresponde con otro, sucedido en julio, en el que, según la acusada, tuvo lugar un episodio en el cual un hombre vestido de negro, supuestamente, atacó a la menor en el interior del piso.

Relación con su hija

En primer lugar esta jornada ha declarado una amiga de la madre de Asunta, cuya amistad, según ha relatado, surgió después de que ella le diera clases particulares de inglés en 1988.

Esta testigo ha definido la relación madre-hija como «normal» y «muy buena», como previamente lo han hecho otras personas traídas al juzgado por el abogado de Porto.

Así, ha recordado cómo Rosario planeaba que su hija hiciese un intercambio para estudiar «en Inglaterra o en Canadá», y que «la intención era que la niña fuera a estudiar al extranjero».

Ella, en torno a las navidades de 2012, la vio «como más segura» y «orientada». «Porque estaba ella organizando su vida normal, organizando la vida con Asunta, reestructurando el piso de General Pardiñas», ha rememorado.

Con todo, no ha podido precisar si en verano de 2013 se vieron: «Lo más probable es que sí», ha comentado, antes de rechazar que por entonces existiese un desapego entre la madre y la hija. «Para nada. Por eso me quedé tan pegada», ha subrayado, en relación a su asombro una vez conocida la muerte de la pequeña.

Además, la amiga de Rosario Porto ha afirmado desconocer que a finales de junio tuvo que ingresar en el hospital y ha dicho que no las vio ni a ella ni a la niña en junio. «Probablemente las viese en mayo. En Santiago no estamos metidos los unos en los sitios de los otros. Lo más probable es que hayamos tomado un café», ha contestado a las cuestiones de la acusación popular.

Así, ha respondido que ni en julio ni en agosto las vio, pero que sí, también «probablemente», en septiembre, «antes de empezar el curso, que sería el 5,6 de septiembre». De este modo, tampoco ha sabido precisar si se vio solo con Rosario o si también estaba la niña, pero ha asegurado que fue en Compostela, «en la calle».

Ante el interrogatorio de la defensa del padre, ha aseverado que él era un padre preocupado y ha ido más allá para valorar que ambos se mostraron siempre como padres «preocupadísimos».

En segundo lugar, una «amiga de Charo de toda la vida», como se ha presentado, ha descrito a Asunta como «una niña preciosa» y ha defendido que Rosario Porto «siempre estuvo muy orgullosa de la niña». «Y la niña sentía adoración por su madre. La quería mucho y se llevaban bien», ha agregado.

Al respecto de un supuesto cambio de actitud, lo ha descartado, pese a ser conocedora del ingreso hospitalario a finales de junio, cuando habló con ella, «porque estaba preocupada por su salud». En este extremo, ha rechazado que existiese desapego «en absoluto», entre madre e hija.

Cerraduras

En tercer término, el dueño de la ferretería, que vive en su misma calle y conocía a los padres de Porto, ha respondido al fiscal que «no» tenía nada que ver con las cerraduras de la casa de Montouto, en Teo (A Coruña).

Mientras, a la acusación popular le ha exhibido las fechas anotadas en una libreta, que fijan en el 18 de diciembre de 2012 el cambio de la cerradura de General Pardiñas y el 9 de enero de 2013 la de Doutor Teixeiro.

Durante el testimonio del director de la cárcel, este ha referido cómo funcionan los protocolos para evitar suicidios con presas como Porto, que, según ha indicado, se le ha retirado pero continúa con una reclusa de apoyo en la celda a día de hoy.

El fiscal se ha interesado por si, en la cárcel, la acusada ocultó el medicamento que se le estaba suministrando, a lo que este ha señalado que «se le puso un parte» porque le fueron hallados en un cacheo en la celda fármacos que no se había tomado.

«Recuerdo que se le puso un parte disciplinario porque hay una cierta medicación que tenía acumulada», ha declarado, para, a continuación, explicar que, según dijo la propia reclusa, la intención era «devolverla a los servicios médicos porque no la había tomado».

En penúltimo lugar en una primera tanda de intervenciones ha comparecido el director de una sucursal bancaria en la que Porto abrió una cuenta a nombre de la niña, y donde también tenía contratada una póliza de la que Asunta era la beneficiaria.

Ya por último, un conserje de la casa de los padres ha hablado de Asunta como una niña «normal» y «alegre» y ha sido interrogado por la reforma prevista en la vivienda.

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