Cuatro personas fueron juzgadas este lunes por un delito de robo. Están acusadas de llevarse dos coches de lujo, un BMW y un Mercedes del concesionario en el que estaban a la venta para más tarde exigir un rescate a su comprador.
El principal acusado, al que la Fiscalía reclama año y medio de prisión, es un empleado del concesionario. Éste admite que cogió las llaves de los dos automóviles que fueron robados y se las entregó al resto que fueron los ejecutores del robo. A estos tres acusados se les reclama un año de cárcel. Los tres negaron haber tenido participación en los hechos.
Los agentes que realizaron las detenciones declararon en el juicio que supieron del robo y de la petición del rescate a raíz de un intervención telefónica. Uno de los acusados estaba ‘pinchado' en otra causa y así la policía decidió intervenir para impedir una posible entrega de los dos vehículos.