«Tengo un sospechoso del crimen, pero no tengo pruebas y podría cometer un delito de injurias». El policía local acusado de matar a puñaladas a una mujer en Eivissa negó ser el autor del homicidio por el que la Fiscalía le pide 12 años de prisión. Eso sí, ante el jurado rechazó dar el nombre de quien él considera que sí mató a Karina Rosales, quien apareció degollada en mayo de 2012. El fiscal enseñó a Francisco Ribas Ribas imágenes del crimen: «Eso es una barbaridad que soy incapaz de hacer. Soy una persona religiosa que sólo quiere ayudar a los demás», dijo.
El acusado negó haber llevado en su coche a la víctima a una zona apartada. Asegura que ese día la llevó de Sant Antony a Vila y no volvió a saber de ella. Él mismo denunció la desaparición. Ribas y Karina convivían en la misma vivienda. Él la había acogido aunque le había pedido que se marchara de la vivienda porque la mantenía y le había costado 3.000 euros.