La Policía encontró esta madrugada a un matrimonio y tres de sus hijos asesinados en una casa de la localidad de Broken Arrow (Oklahoma) y detuvo como sospechosos del crimen a otros dos hijos de la pareja, según informaron las autoridades.
La escena que encontraron los agentes cuando entraron al hogar fue dantesca: había dos adultos y tres menores muertos a puñaladas, además de una menor de 13 años con heridas y otra, de apenas dos años, ilesa.
La familia estaba compuesta por nueve miembros, el matrimonio y siete hijos, cuatro de ellos varones y tres chicas.
Los detenidos, de 16 y 18 años, hijos y hermanos de las víctimas, trataron de escapar cuando los agentes llegaron a la vivienda alertados por una llamada efectuada a las 23.30 del miércoles hora local (04.30 GMT).
Los jóvenes lograron esconderse en un bosque cercano a la vivienda, pero los perros entrenados de la Policía rastrearon sus pasos y fueron detenidos minutos después.
Uno de ellos fue hospitalizado, aunque no se han difundido los motivos.
«Un crimen como este no tiene precedentes en nuestra zona, teniendo en cuenta lo segura que es la comunidad», declaró el sargento Thomas Cooper, portavoz del Departamento de Policía de Broken Arrow.
Broken Arrow es un suburbio de la ciudad de Tulsa, la segunda más poblada de Oklahoma, en el que viven familias de clase media y alta.