Un joven que navegaba en kayak por la costa de Tramontana, entre el Port de Valldemossa y la finca de s'Estaca, descubrió días atrás un banco de 25 rayas de gran tamaño muertas, víctimas al parecer de la pesca furtiva.
Asier Guerrero, el bañista, quedó impresionado «por el panorama tan desagradable» que se encontró a pocos metros de profundidad, muy cerca de la costa y de un escar de pescadores. El joven, indignado por la captura masiva de esta especie protegida, colgó un vídeo en las redes sociales denunciando lo ocurrido: «Esto no se puede tolerar ni permitir», indicó.
Después, se sumergió a pocos metros con una cámara tipo Go Pro y grabó a las 25 rayas muertas sobre el fondo marino, casi todas muy cercas unas de las otras y en un pequeño espacio. Precisamente esta circunstancia hace dudar de que se tratara de pesca al arrastre, ya que los ejemplares capturados y soltados se habrían dispersado en muchos metros a la redonda, cosa que no pasó.
Las 25 rayas, la mayoría de ellas ejemplares adultos de tamaño medio y grande, llevaban poco tiempo muertas en el mar, porque no estaban en descomposición.