Un jurado popular juzgará desde este lunes a Andreu C.T., de 20 años, y a Francisco A.R., de 21, acusados del asesinato del padre del primero, ocurrido el 30 de junio de 2013 en la vivienda familiar de Alaró, para quienes la Fiscalía pide condenas de 25 y 22,5 años de prisión, respectivamente.
La Fiscalía cree que los dos jóvenes, que cuando ocurrieron los hechos tenían 18 y 20 años, se pusieron de acuerdo para acabar con la vida del padre de Andreu, según recoge el escrito de acusación.
La noche del 29 de junio de 2013, le ofrecieron al hombre una pieza de bollería en la que previamente habían introducido varios somníferos y después de que se la comiera y se acostara a dormir acudieron a su habitación y Francisco le golpeó en la cabeza con un palo, mientras Andreu le alumbraba con una linterna.
En estado de somnolencia, el hombre braceó para evitar más golpes por lo que los jóvenes huyeron de la habitación y desistieron de su intención.
Al día siguiente, de nuevo de madrugada, llamaron la atención del hombre y cuando éste subió a la planta superior de la vivienda, Francisco le golpeó por la espalda en la cabeza con un palo al que previamente habían colocado cuatro clavos de 10 centímetros, y cuando intentó defenderse, su hijo le golpeó también con un martillo.
Tras ese primer ataque, los dos jóvenes siguieron golpeándolo de modo «incesante y simultáneo» con ambos instrumentos «incrementando innecesariamente el padecimiento de la víctima», y cuando cayó al suelo, Francisco le lanzó sobre la cabeza un jarrón, y Andreu un bafle.
El hombre murió a consecuencia de la agresión y su cuerpo presentaba 19 lesiones craneales, varias fracturas y una hemorragia cerebral masiva, así como 3 heridas en el tronco, 14 en las extremidades superiores y 5 en las inferiores.
El fiscal cree que estos hechos constituyen un asesinato consumado del que considera coautores a los dos jóvenes.
Pide que en el caso de Andreu el tribunal tenga en cuenta la circunstancia agravante de parentesco y lo condene a 25 años de prisión. Para Francisco pide una pena de 22 años y 6 meses.
El fiscal pide además que los jóvenes indemnicen a la hermana del fallecido con 90.000 euros y reclama también que Andreu sea declarado «indigno» para suceder a su padre.