Sectores animalistas han denunciado la aparición de los cadáveres de ocho gatos y varios erizos en la zona de Cala Pi, en el municipio de Llucmajor, que al parecer habrían sido envenenados.
Se da la circunstancia que la gran mayoría de los felinos muertos habían sido esterilizados por la Unidad Móvil de la Plataforma Balear Para la Defensa de los Animales Baldea, que hace tiempo que actúa en la zona.
Fuentes de la entidad no descartan que puedan aparecer más animales afectados en los próximos días.
Por el momento se desconoce qué tipo de veneno se les habría aplicado, y este martes se ha procedido a realizar la autopsia a tres de los gatos para determinarlo.
Los denunciantes consideran muy preocupante que “algún desalmado se dedique a poner veneno en zonas públicas sin miedo a las consecuencias”.
Por ello han elevado el caso al SEPRONA y al Ajuntament de Llucmajor.