Vuelta a la normalidad tras el susto. La carretera de Tuent, afectada por el desprendimiento de grandes rocas que tuvo lugar el pasado jueves, ha sido reabierta al tráfico. A lo largo de la jornada del jueves y el viernes, los operarios y las máquinas trabajaron a marchas forzadas para poder reabrir la vía a la circulación en el menor tiempo posible.
Los técnicos calcularon que, en total, las piedras que se desmoronaron superaban las cincuenta toneladas de peso. Las máquinas trituraron las de mayor tamaño y se fueron retirando de la vía con excavadoras. La carretera se señalizó para advertir los peligros y ya ha sido reabierta al tráfico.
El Ajuntament de Escorca ha encargado a un técnico un informe para la reparación de los daños en la carretera a raíz de la caída de las piedras. Asimismo, se inspeccionará por precaución la ladera de la vía ante la posibilidad de que haya piedras que presenten riesgo inminente de caída sobre la carretera.