«Es cierto que los inspectores encontraron en mi restaurante alguna chistorra y algún chorizo caducado, pero yo me pregunto: ¿quién no tiene en su casa algún alimento caducado?». Ultima Hora publica este jueves una entrevista con el empresario Luis Rodríguez, detenido por la policía por someter a contratos de semiesclavitud a sus trabajadores de La Tapa Andaluza y por graves deficiencias sanitarias.
Rodríguez achaca la denuncia a «una invención de dos o tres extrabajadoras. Querían vengarse porque las despedí y han montado todo este complot». El empresario defiende su profesionalidad afirmando que en seis años ha servido dos millones de cañas y más de 8.000 raciones. «Es imposible que sirva sobras de otros platos porque mis clientes no dejan nada en el plato. Así de claro», afirma tajante.
En cuanto a las condiciones de salubridad de su establecimiento responde invitando «a quien quiera a entrar en mi cocina y mi almacén y verlo por sí mismo».
«Han querido hundirme, pero no lo van a conseguir. Hoy he conseguido reabrir el bar, después de hacer algunas modificaciones, y espero que todo vuelva a ser como antes», añade esperanzado.